El patrimonio cultural es una de las riquezas de la Celtiberia. Estas tierras hoy vaciadas económicamente, despobladas y a la vez envejecidas fueron prósperas en otros tiempos, prácticamente hasta que el salvaje éxodo de la mitad del siglo XX las dejó en el actual estado de desolación. Las riquezas arqueológicas, históricas, artísticas, etnográficas, incluso literarias y legendarias son, junto con un extraordinario legado natural, necesarias palancas para catapultar nuestro desarrollo, que deberá ser sostenible y respetuoso.
Pero ese potencial tan valioso está deteriorándose ante la misma desidia que todas las administraciones muestran con el despoblamiento, la marginalidad económica y el envejecimiento. Un trágico ejemplo es el ruinoso estado de la iglesia del Convento de la Consolación de Gotor, en la zaragozana Comarca del Aranda. Allí, a la sombra del Moncayo, se levanta una fábrica renancentista-mudéjar (ss. XVI y XVII) que forma parte de ese patrimonio universal declarado por la UNESCO en el que la Celtiberia aragonesa atesora buena parte de su potencial en los magníficos cascos urbanos de Catalayud, Borja, Tarazona, Daroca, Ateca, Tobed, Maluenda, Aniñón, Cervera de la Cañada, Mesones de Isuela... La iglesia conventual, herida de muerte desde la desastrosa Desamortización de Mendizábal, ha ido perdiendo metros cuadrados de su fábrica desde hace décadas. El combativo alcalde José Ángel Calvo ha iniciado un proceso de restauración del convento, habiendo habilitado parte del mismo para servicios sociales y culturales, así como un albergue muy activo. Pero queda muchísimo por restaurar en este complejo conventual del que ya el claustro y otras estancias son ruinas.... La iglesia, buque insignia de lo que llegó a ser a finales del XVI centro universitario dominico, amenaza con venirse abajo este mismo verano si no lo remediamos.
Esta es una llamada desesperada para que las administraciones hagan algo en este caso de urgencia máxima, pero también para que tomen nota de otros en situación semejante o que serán similares en un aciago futuro inmediato. El patrimonio históricoartístico es una de las pocas riquezas que nos quedan en la Celtiberia tras el expolio y abandono a las que ha sido sometida su población resistente. Nosotros ponemos las tierras para que pasen trenes de alta velocidad o los aerogeneradores y no recibimos ni siquiera a veces el 1 % cultural que nos corresponde. Entre otras cosas porque nuestros concejales, alcaldes o diputados solo piensan en sus poltronas.
HEMOS DADO LA ALARMA Y LA PRENSA EMPIEZA A HACERSE ECO EN ARAGÓN: